lunes, 31 de mayo de 2010

La Reja y Los Clavos

Esta es una parábola que no sé quien la escribió, pero se aplica no solo a los amigos, sino también a las parejas y a la familia. Esta parábola siempre la he tenido muy presente en mi vida, y en estas últimas semanas la verdad en su mensaje se ha vuelto una realidad. Hoy se las dejo a ustedes para su reflexión.

Es muy triste ver como se rompen relaciones de años, por el desgaste y el dolor acumulado. Dicen que el tiempo lo sana todo, cura corazones y tapa agujeros. Si alguien sabe otra manera de como arreglar la reja, es bienvenido el comentario.
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Había una vez un niño que tenía mal carácter. Por este motivo su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera control de su carácter, él debía clavar un clavo en la parte de atrás de la reja. El primer día el niño clavó 37 clavos en la reja. A lo largo de las siguientes semanas, al aprender a controlar su carácter, el número de clavos que clavaba diariamente disminuía gradualmente. Él descubrió que era más fácil manejar su carácter que clavar aquellos clavos en la reja.

Finalmente llegó el día en que el niño ya no perdía el control de su carácter, y se lo hizo saber a su padre quien le sugirió lo siguiente: saca un clavo de la reja por cada día que puedas controlar tu carácter. Los días pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que había sacado todos los clavos. Entonces el padre tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la reja, y le dijo: “Lo haz hecho bien, hijo mío, pero mira los hoyos en la reja. La reja jamás será la misma. Cuando dices cosas estando furioso dejas una marca igual a la del clavo. Tú puedes herir con un látigo a una persona y no importa cuántas veces digas “lo siento”, las heridas permanecen ahí. Una herida verbal puede ser más desastrosa que una física. Los amigos son tesoros muy escasos, sin duda. Ellos te hacen reír, te animan, te escuchan, comparten palabras de alabanzas y siempre quieren abrirnos sus corazones”.
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There once was a little boy who had a bad temper. His Father gave him a bag of nails and told him that every time he lost his temper, he must hammer a nail into the back of the fence. The first day the boy had driven 37 nails into the fence. Over the next few weeks, as he learned to control his anger, the number of nails hammered daily gradually dwindled down. He discovered it was easier to hold his temper than to drive those nails into the fence. Finally the day came when the boy didn’t lose his temper at all.  He told his father about it and the father suggested that the boy now pull out one nail for each day that he was able to hold his temper.

The days passed and the young boy was finally able to tell his father that all the nails were gone. The father took his son by the hand and led him to the fence.. He said, ‘You have done well, my son, but look at the holes in the fence. The fence will never be the same. When you say things in anger, they leave a scar just like this one. You can put a knife in a man and draw it out. But It won’t matter how many times you say I’m sorry, the wound will still be there. A verbal wound is as bad as a physical one. Remember that friends are very rare jewels, indeed. They make you smile and encourage you to succeed. They lend an ear, they share words of praise and they always want to open their hearts to us.’

2 comentarios:

Coraline dijo...

Hola SHami, como estuve de vacaciones unos días no había podido leerte ni comentar pero estoy intentando ponerme la día ya que tengo un ratito libre hoy.

La verdad me gustó mucho este post y sobretodo la historia. Supongo que es uan de ésas historias para uno conservarla epor vid ay volver a ella en cualquier momento oportuno.

Yo no soy la excepción a la regla de una amistad de muchos años perdida; clavos de ambos lados d el areja que supongo hace la situación peor pero que a fin de cuentas deja el mismo resultado.

Ciertamente uno nunca vuelve a hacer el mismo, a uno siempre se le queda la herida pero llega un momento en la vida en el que aprendes a vivir con ello y sobretodo a aceptar las cosas tal y comoocurrieron; despue´s de tdo las cosas no suceden por casualidad. Todo ocurre por una razón aunque nos duela o aunque no lleguemos a entenderlo.

A mí me pasó algo así hace un par de años y creo que lo he ido superando con el tiempo; he ido olvidando y he ido sacando el resentimiento y el dolor. He intentado permitir que el cariño sincero prevalezca independientemente de que no sea recíproco.

Ánimo!

SHAMI dijo...

Welcome back Cora! Espero regreses relajada de las vacaciones (aunque seguro me enterare en tu blog). Creo que todos alguna vez hemos puesto y quitado clavos. Hasta ahora al igual que tu la unica cura que he visto es el tiempo. Pero recientmente vi una reja de 40primaveras romperse en pedazos, no hay nada mas doloroso. Me surgio entonces la pregunta: si el tiempo no es la cura, porque los agujeros quedan, cual es la pegaloca que necesitamos aplicar?

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