lunes, 31 de mayo de 2010

Limpiando El Closet



Limpiar el closet siempre es un momento de reflexión y en algunos casos hasta un poco melancólico. Limpiar el closet implica cambios de vida. Cambios de forma de vestir, cambios de sitio, cambios de edad, cambios de etapa, cambios en el pensar. Cuando uno por alguna razón se ve obligado a limpiar el closet es por una de dos razones: tienes nuevas cosas que guardar o tienes que cambiar de closet.

Probablemente para las mujeres limpiar el closet es algo más cotidiano, por aquello de que cambian de ropa más a menudo. Pero para los hombres es muy distinto. Nosotros al ser más sencillos (o como a ellas les gusta decir “básicos”) requerimos de un vestier mucho más reducido. No es extraño encontrar entonces en el closet de un hombre fotos antiguas, cartas del primer amor, camisetas firmadas del bachillerato, medias e interiores con huecos (pero que son los preferidos), la franela de la suerte (desde hace 10 años), colecciones de monedas, la cruz de la primera comunión, yuntas perdidas en los bolsillos de los flux, trajes que ya no cierran, zapatos que ya no usan y la estampita de La Milagrosa o de José Gregorio (que le dio la abuela en su bautizo). Para un hombre limpiar el closet es un mar de recuerdos, es extrañar el pasado, es nostalgia en objetos.

Tal vez es por esa misma razón que nosotros, los hombres, luchamos contra madres y esposas para no limpiar el closet. Limpiar el closet, es un poco traumático, es como desechar un poco el pasado. Incluso preferimos en muchos casos que lo hagan ellas; para no vernos obligados a separarnos del par de shorts kaki que usamos todos los domingos (pero que ya tiene huecos por todos lados).

Limpiar el closet no es cosa de hombres, nosotros somos coleccionistas, amantes de lo antiguo. Soñamos con esa franela que de tanto usarla parece que fuera parte de la piel de uno. Es reconfortante abrir el closet y encontrar esa camisa, esa corbata, esa chaqueta, ese mono, ese sweater que ha vivido tanto contigo y que sabes que siempre te queda bien.

A nosotros no nos hace falta ropa nueva, seriamos felices si la ropa vieja fuera eterna. Yo debo confesar que si no fuera por mi madre y mi esposa aun andaría con mi franela de GHOSTBUSTERS puesta (esa es de cuando tenía 7 años) . Es triste limpiar el closet, porque te das cuenta que los años pasan, que las tallas cambian y que tu corbata esta manchada y pasada de moda. El closet es un arca de conocimientos y memorias, es sagrado para nosotros, pero no para ellas.

Anteayer ayude a limpiar un closet; hoy me toca limpiar uno mío. Mudanza, cambios y un nuevo comienzo. Limpiar el closet siempre implica cambios. Esta vez no desechare nada (o eso espero), ya veremos qué cosas nuevas acumulamos de aquí en adelante.

4 comentarios:

Matilde Amorell dijo...

Limpiar el closet es una terapia necesaria! Que por lo menos yo, recomiendo ampliamente. Cuando vivía en casa de mi mamá eso era un dolor de cabeza, yo agarraba todas las franelas viejas que ya no servían ni para pintar paredes (ni que me dedicara a eso) y ella iba detrás mio diciendome: "pero esaaa?? esa era la franela que tenías puestas cuando X (mi primer novio) te pidió el empate!! cómo la vas a botar" por su puesto yo ni me acordaba, pero lo cierto era que me quedaba con el poco de franelas viejas otra vez en mi closet.
En fin... el closet se limpia! bote sin remordimiento! sin pensarlo mucho! adelante con la nueva vida! si hay algo que tienes mas de 1 año que no te lo pones CHAO!

Anónimo dijo...

Limpiar el closet es algo necesario e importante cuando se empieza una nueva etapa, para dejar atrás el pasado y darle espacio a ese presente y a ese futuro que llega con nuevas experiencias y logros que día atrás día se convertirán en tu proyecto de vida.

No solo uno se va desprendiendo de ropa o accesorios, sino también de esos recuerdos que a medida que vamos limpiando van apareciendo como una película de todos esos momentos vividos que por una razón aparecen en nuestra mente.

El otro día decidí limpiar por completo el closet de mi padre que por algunas razones no conseguía el valor de hacerlo porque una parte de mi no aceptaba su partida, y dejaba pasar los días diciendo mañana lo hago y así fue pasando el tiempo hasta que hace unas semanas por fin lo pude hacer. A penas abrir su closet sentí como si el todavía estuviera aquí fue una sensación muy bonita, toda su ropa aun guardaba su aroma, todo totalmente ordenado como le gustaba, a medida que fui sacando las cosas todo los recuerdos comenzaron a florecer como si hubiese sido ayer, fue algo fuerte no les voy a mentir, pero a la vez fue bonito recordar ya que es lo único que hoy guardo de él, aparte de todas esas enseñanzas y conocimientos que en vida me pudo dar, hoy en día el es mi ejemplo a seguir. Al limpiar el closet de mi padre no solo me iba desprendiendo de cosas viejas o cosas que ya no se utilizaban de una manera u otra también lo iba despidiendo a él, así el viva siempre en mis recuerdo.

SHAMI dijo...

Matilde: Totalmente de acuerdo con lo de las mamas, la mia es igual. Mi mama hacia citas conmigo semanas antes para limpiar mi cuarto. Con respecto a tu frase de cierre, escrito como toda una mujer, te recuerdo los hombres somos coleccionistas. El closet es como nuestra cueva (el unico espacio propio de un hombre casado). Y cuando vivimos solos la cueva es el cuarto completo jajaja.


Anonimo: Si los closets son como las personas. Una palabara que pusiste me transporto "AROMA" los closets huelen. Tiene olor, y ese olor nos puede llevar a muchos sitios y traer muchos recuerdos.

Coraline dijo...

Un post bastante interesante. Mi closet de donde vivo ahora es tan pequeño que no hay sitio para acumular nada. Apenas tengo ropa colgada y muchos pares de zapatos cada uno en una caja.

Pero sí, es cierto que a ustedes les cuesta más desprenderse de la ropa vieja aunque a veces está bien hacerlo sin que eso signifique olvidar!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...